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jueves, 17 de julio de 2008

LOS CAMINOS DE LA VIDA




Así como la canción nuestra humanidad ha transitado por una serie de etapas y transformaciones que han venido cambiando nuestra vida. Haciendo un pequeño recorrido podemos encontrarnos como los descubrimientos, inventos, personajes y situaciones han cambiado el rumbo de nuestras vidas.
La aparición del reloj, la imprenta, la rueda, la telegrafía, la luz eléctrica, el fonógrafo y la maquina a vapor como los primeros hechos importantes, dieron como resultado la aparición del transporte de la época como los ferrocarriles, el barco, el automóvil; las comunicaciones a través de la radio, el telégrafo, el teléfono y los mas recientes como las computadoras, el teléfono celular y serie de aparatos que alivian nuestro trabajo en la casa y oficina. Es importante destacar la conquista del espacio, la llegada del hombre a la luna, la caída del muro de Berlín y la disolución del comunismo.
Si bien estos hechos fueron determinantes el hecho más importante es el nacimiento de JESUCRISTO y con El la consolidación del cristianismo.
Este hecho dividió la historia humana en dos partes, y cuantos de nosotros no decidimos mirar hacia El y nos quedamos contemplando nuestro dinero, la casa, el carro y cuantos otros “dioses” a los cuales mantenemos una constante adoración.
Dios nos llama a revisar su palabra donde encontramos aspectos mas relevantes de nuestras vidas, los cuales superan en gran manera todos los hechos que han modificado nuestro diario vivir y han hecho olvidar conceptos muchos mas importantes, que si son nuestras prioridades, y que deben ocupar nuestro corazón.
En primer lugar en nuestro corazón nuestra vida y nuestras actividades, debe ser ocupada por Dios, tal como lo relata el evangelio de Mateo 22: 36-38. Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente"—le respondió Jesús—Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.
Lucas 14:26 (NVI)Si alguno viene a mí y no sacrifica el amor a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun a su propia vida, no puede ser mi discípulo

Como segundo aspecto debemos volver nuestros ojos a la familia, tema ampliamente tratado en la biblia. Como hijos debemos amar a nuestros padres, quienes ocupan nuestro corazón en segundo lugar, mientras mantengamos nuestra condición de soltería.
Efesios 6 1 Hijos, obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo.2 «Honra a tu padre y a tu madre —que es el primer mandamiento con promesa—3 para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.» 4 Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino críenlos según la disciplina e instrucción del Señor.
Cuando decidimos casarnos nuestra pareja pasara a ocupar el segundo lugar en nuestro corazón, esto no quiere decir que olvidaremos a nuestros padres, lo seguiremos queriendo de igual manera, pero dedicaremos mucho tiempo para consolidar una nueva familia como ellos lo hicieran en el pasado. En efesios 5:21-24 encontramos como la pareja debe someterse uno al otro. 21 Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo.22 Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor.23 Porque el esposo es cabeza de su esposa, así como Cristo es cabeza y salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo.24 Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo.
Y continuando con la lectura de efesios 5 del 25 al 30, nos enseña como debemos amar a nuestra esposa como amamos a nuestro propio cuerpo. Y reafirma como se constituye una nueva familia a partir del versículo 31 «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo.»[a]32 Esto es un *misterio profundo; yo me refiero a Cristo y a la iglesia.33 En todo caso, cada uno de ustedes ame también a su esposa como a sí mismo, y que la esposa respete a su esposo.
Dirijamos nuestra mirada a Dios que es el centro de nuestra vida, pidamos en oración que guie nuestros pasos, nos permita elegir la pareja adecuada, especialmente que mantenga nuestra misma condición de creyente y nos permita amar a nuestros padres hasta el fin de nuestros días.

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